ligamento calcaneo peroneo dolor
ligamento calcaneo peroneo dolor
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Tenosinovitis peronea
Con la actividad, como caminar, la tenosinovitis peronea causa dolor en la parte externa del tobillo, justo detrás del maléolo (hueso prominente del tobillo). Esta es una inflamación de la vaina que recubre los tendones del músculo peroneo. Por lo general, se inflama como resultado del uso excesivo o la sobrecarga de los músculos peroneos causada por una actividad excesiva, la desviación del talón o el uso de calzado inadecuado.

¿Qué es exactamente la tenosinovitis peronea?
Los músculos peroneos se dividen en dos grupos en el lado lateral de la pantorrilla: el músculo peroneo largo y el músculo peroneo corto. Los tendones de este músculo discurren a lo largo de la cara lateral del tobillo, pasando por detrás del maléolo del peroné y terminando en la base del quinto dedo (peroneo corto) y la planta del pie en la base del primer dedo y el primer cuneiforme (peroneo corto). longitud).
La función principal es mover el pie lateralmente y proporcionar estabilidad al tobillo. Estos tendones están protegidos mientras se deslizan y realizan contracciones musculares por una capa llamada vaina. En este caso, las vainas se inflaman como resultado del movimiento repetido y el uso excesivo de los músculos, lo que produce dolor en la cara lateral del tobillo.
¿Cuál es la mejor manera de saber si tengo tenosinovitis peronea?
DIAGNÓSTICO
¿Por qué es tan doloroso?
¿Qué tipo de lesión tengo?
Puedes realizar un diagnóstico gratuito hablando con uno de nuestros fisioterapeutas o utilizando nuestra inteligencia artificial.
¿Qué podría ser la causa?
uso excesivo
mucha actividad
modificación biomecánica
Calzado inadecuado
trauma
Otras enfermedades
Síntomas de tenosinovitis peronea
Dolor lateral del tobillo
dolor al moverse
sensibilidad
Hinchazón
restricción de movimiento
Epidemiología y prevalencia
Por un lado, esta lesión es frecuente en deportistas debido a las cargas de entrenamiento y actividades sobre superficies irregulares. Sujetos entre 40 y 70 años que no practican deportes pero usan zapatos inadecuados, por otro lado, tienen una mala alineación del tobillo o un mal apoyo.
Cómo manejar el dolor
Aunque la tenosinovitis peronea no es una lesión grave, puede ser molesta e interferir con las actividades diarias. Por ello, te recomendamos seguir los siguientes consejos para reducir el dolor y mejorar los síntomas:
CONSEJOS ÚTILES
Reposo
Para evitar que la vaina se inflame, es fundamental descansar el tobillo evitando actividades extenuantes y estresando lo menos posible.
Aplicación de temperaturas frías y calientes.
En la fase aguda se recomienda la aplicación de frío en la zona del dolor (vaina) para controlar la inflamación y reducir el dolor. Se puede aplicar calor en los músculos implicados para relajarlos una vez controlado el dolor y superada la fase aguda.
extensión
El estiramiento ayuda a relajar los músculos que rodean el tendón, reduciendo la tensión y la inflamación.
auto-masaje
Conseguiremos relajar los músculos y quitar la tensión del tendón afectado aplicando fricción sobre la vaina inflamada y deslizando sobre los músculos afectados situados en el lateral de la pantorrilla. Los deslizamientos musculares se pueden realizar con una pelota o un rodillo de espuma.
Capacitación
Se recomiendan ejercicios isométricos para aliviar el dolor durante una fase aguda. Pasada la fase aguda, se recomienda el ejercicio excéntrico para fortalecer la vaina y el tendón y ayudar a su recuperación.
¿QUÉ DEBE EVITARSE?
los movimientos forzados
Si sospechamos que tenemos esta lesión, debemos evitar movimientos que ejerzan mucha tensión en el tendón, como caminar sobre superficies irregulares, correr o saltar.
Actividades que empeoran el dolor
Es fundamental evitar los movimientos dolorosos, ya que estos pueden agravar la inflamación del tendón.
carga de trabajo de entrenamiento
Esta lesión puede producirse como consecuencia de un aumento de la carga de entrenamiento, por lo que es fundamental regular la carga de entrenamiento si empiezas a notar los síntomas antes mencionados.
Tratamiento de la tenosinovitis peronea
La fisioterapia está evolucionando y cada vez más estudios muestran que la recuperación activa es la forma más eficaz de tratar esta lesión. Para una recuperación más rápida, los ejercicios terapéuticos deben ser la base del tratamiento, con la terapia manual como complemento.
TRATAMIENTO
¿Cómo puedo deshacerme de mi dolor?
¿Qué ejercicios realizo?
Ventajas de la fisioterapia
El tratamiento de la tenosinovitis peronea varía según la gravedad. El tratamiento conservador da muy buenos resultados en el caso de esta patología. Cuando se combina con fisioterapia, este tratamiento produce mejores resultados en menos tiempo.
Por un lado, la fisioterapia puede ayudar a determinar la causa de la lesión y así prevenir una mayor inflamación de la vaina. Por otro lado, puede ayudar a relajar los músculos y eliminar la tensión del tendón para reducir la inflamación a través de diversas técnicas. Además, el fisioterapeuta puede enseñar ejercicios de reeducación y fortalecimiento para ayudar a prevenir recurrencias en el futuro. Para ello, póngase en contacto con fisioterapeutas expertos que evaluarán la situación y determinarán el mejor curso de acción:
Técnicas para el alivio y manejo del dolor.
métodos antiinflamatorios
Técnicas de relajación de los músculos afectados
Técnicas de movilización pasiva y activa
Técnicas de Liberación Facial
electroterapia
electroterapia
ejercicios para la fuerza muscular
Ejercicios en reeducación funcional
NOTICIAS DE FISIOTERAPIA PODOLOGÍA TÉCNICAS ESPECIALES VIDA SALUDABLE Y CONSEJOS
Sobre el dolor de tobillo: ¿por qué duele y qué puedo hacer? Estamos hablando del dolor de tobillo. Para comprender las patologías que pueden existir en el tobillo, debemos tener unas nociones básicas de anatomía. El nombre de articulación tibioperonea talar, se conoce por el nombre de estos tres huesos, tibia, peroné y astrágalo.
La tibia y el peroné forman una cavidad que se articula perfectamente sobre el astrágalo, lo que nos permite realizar movimientos de flexión-extensión del tobillo, limitando otros movimientos no deseados. El astrágalo se articula sobre el calcáneo (subastragalina), formando una articulación sin mucha movilidad. Si seguimos la dirección del talón a los dedos del pie, el calcáneo se articula con el escafoides y el cuboides, entre estos dos huesos hay otros tres huesos sobre los que se articulan los 3 metatarsianos llamados primero, segundo y tercero cuneiformes.
Como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos una con una vista desde arriba o transversal. El pie tiene forma de concha abierta por debajo, los huesos encajan muy bien, pero si solo dejáramos los huesos se caerían, por lo tanto necesitamos los ligamentos y la fascia plantar para mantener esta forma en reposo y sin esfuerzo. Si sumamos la musculatura conseguimos acentuar activamente este arco plantar. La anatomía del tobillo está formada por huesos, ligamentos, tendones, músculos, bolsas y grasa. Los ligamentos son muy importantes a la hora de mantener una buena alineación o correcto funcionamiento entre un hueso y otro, limitando los movimientos no deseados, evitando así luxaciones o fracturas. Los ligamentos que debemos entender o con los que nos quedamos son: El ligamento peroneo talar anterior (AFL) conecta el peroné con el astrágalo por delante y suele ser el primer ligamento que se ve afectado cuando te esguinces por un movimiento de supinación forzado.
Por su parte, el ligamento fibular calcáneo (LCP) conecta el peroné con el calcáneo, suele ser el segundo en verse afectado en un esguince debido al movimiento de supinación forzada. También el ligamento fibular talar posterior (LPAP), conecta el peroné con el astrágalo posteriormente y suele ser el tercer ligamento afectado por el movimiento de supinación forzada. No podemos olvidarnos del ligamento deltoideo: situado en el lado opuesto de los tres ligamentos anteriores, suele verse afectado por pronación forzada, aunque es más raro. Ligamento sindesmal: este ligamento une la tibia con el peroné para que puedan trabajar juntos y articularse en el astrágalo. Movimientos del pie El pie tiene una serie de articulaciones que nos permiten realizar movimientos en los tres planos del espacio: movimiento de flexión-extensión aducción-abducción y pronación-supinación Sin embargo, el propio tobillo (tibiofibularis talina) se encarga de la flexión-extensión. De esta función tenemos la siguiente musculatura: Flexor plantar (cuando nos ponemos de puntillas): encargado de esta función tenemos el tríceps sural, formado por el gastrocnemio y el sóleo. Flexor dorsal: este movimiento lo realizan el tibial anterior, los extensores de los dedos y el tercer peroné. Músculos del tobillo y del pie Movimientos: flexión de los dedos, extensión de los dedos, abducción de los dedos, aducción de los dedos, inversión y eversión. Músculos de la “parte superior” del pie: extensor digitorum brevis y el dedo gordo del pie. Músculos de la “parte inferior” del pie: quadratus plantaris, interosei, abductor digiti minimi, lumbricales, abductor hallucis, flexor digitorum brevis.
Síntomas del dolor de tobillo Una vez que tenemos clara la anatomía básica del tobillo y los movimientos que realizan, podemos describir los síntomas que podemos tener: Dolor, en diversas patologías puede aparecer el síntoma, por lo que es importante que el personal de salud como médicos los fisioterapeutas o podólogos lo examinan para ver la causa del dolor. Inflamación: es la extravasación de líquido, puede ser de origen traumático, vascular o neurológico, por lo que pruebas complementarias como la radiografía, la resonancia magnética o la ecografía pueden ser de vital importancia a la hora de establecer un diagnóstico certero. Los problemas cerca del tobillo de carácter neurológico pueden generar hormigueo, falta de sensibilidad. Como el síndrome del túnel del tarso o la ciática. patologías del tobillo Esguince de tobillo: es una patología muy frecuente en el servicio de urgencias de traumatología, entendemos la palabra esguince como una lesión en la estructura ligamentosa. Los ligamentos proporcionan la unión y la estabilidad entre los huesos.
El mecanismo de lesión dependerá del ligamento del que hablemos, pero siempre será un exceso de tensión de esta estructura, sufriendo desde un pequeño desgarro en sus fibras hasta una rotura total. Por lo tanto, se clasifican en tres niveles: GRADO I La rotura de fibras se considera leve ya que existen microdesgarros dentro de la estructura. En general, el ligamento más afectado es el ligamento fibular talar anterior primero, seguido del ligamento fibular calcáneo y más tarde el ligamento fibular talar posterior. Esto no quiere decir que no podamos sufrir otros esguinces, solo entender que es el más común. La inflamación de este grado no siempre aparece, por lo que la falta de hinchazón no indica fibras sanas. Mecanismo de lesión: hablando de los ligamentos LPAA, LPC y LPAP, inversión forzada o traumatismo directo. Pruebas complementarias: Si acudimos a urgencias con incapacidad para caminar y mucho dolor, nos podrían mandar a realizar una radiografía, sin embargo, si las maniobras traumatológicas indican lo contrario, no siempre es necesario su uso. El tratamiento de esta lesión dependerá de los días que hayan pasado desde la lesión. Lo primero será establecer un diagnóstico si no has acudido a urgencias. Pruebas como la ecografía son de gran ayuda en estos casos para evaluar las fibras del ligamento, además de las pruebas dinámicas y la entrevista con el paciente, que nos aportarán información muy relevante. Cuando tenemos un diagnóstico pasamos al tratamiento: Movilidad: pueden ser pasivas, asistidas o resistivas según el tiempo de evolución y el dolor. Son maniobras que el fisioterapeuta ejerce para dar sensaciones a la persona y evaluar el grado de malestar del paciente, con esta técnica desinflamamos a la vez que reducimos el dolor. La EPI (Electrólisis Intratular Percutánea) es una técnica invasiva guiada por ultrasonido, esta técnica consiste en aplicar una corriente que estimula el ligamento para una pronta recuperación y esto es gracias a que genera una lisis del ligamento, dando lugar a una respuesta inflamatoria , este repara la zona dañada, además de conseguir un efecto analgésico.
Las ondas de choque ayudan a reducir la inflamación y favorecen los procesos de regeneración natural presentes en el ligamento. Diatermia con efecto drenante en las primeras fases y efecto estimulante del metabolismo en las siguientes. Láser: con este conseguimos bioestimular los procesos de cicatrización natural, es decir, aumentar la velocidad de reparación de los tejidos. Neuromodulación: con esta técnica conseguimos corregir la información que viaja al sistema nervioso central, controlando la información errónea que pueda persistir tras una lesión de estas características. Ejercicios: Fuerza, propiocepción y aumento de la tolerancia a la carga con ejercicios. GRADO II Es una rotura del ligamento a nivel macroscópico, que suele acompañarse hasta 24 horas después de una gran inflamación, calor o tumefacción además de inestabilidad articular. El tiempo de curación es de uno a seis meses. Como en el esguince de tobillo grado I, las pruebas complementarias son las mismas. La rehabilitación es muy importante para: * Reducir la inflamación y el dolor. * Fortalecer los ligamentos. * Trabaja propiocepción, coordinación y estabilidad articular. * Funcionalidad de devolución. *Reducir las limitaciones y restricciones a la movilidad.
GRADO III Es una rotura total de las fibras del ligamento y suele requerir intervención quirúrgica. El mecanismo de lesión suele ser el mismo, traumatismo directo o inversión forzada. El objetivo del tratamiento es la recuperación de la función. Poco a poco irás recuperando la funcionalidad a través de las diferentes técnicas de fisioterapia, por lo que un programa individualizado es de vital importancia para volver a las actividades de la vida diaria sin contratiempos. Después de la operación, la inmovilización con ayudas ortopédicas es muy beneficiosa. A partir de aquí, la gestión de la carga es muy importante para devolver las propiedades viscoelásticas al ligamento. La electroterapia es de vital importancia para reducir la inflamación, el dolor, devolver la funcionalidad y recuperar el ligamento. La recuperación varía entre 40-60 semanas. Los síntomas tras la lesión son: Dolor intenso, hematoma e inflamación importante. Inestabilidad del tobillo y muy probablemente no poder poner ningún peso sobre el pie desde el momento de la lesión. ¿Se pueden prevenir los esguinces de tobillo? La respuesta corta es no, pero todos podemos tomar una serie de precauciones para reducir las probabilidades. Lo mejor es trabajar la movilidad, la propiocepción, la fuerza de dichos músculos. Algunas recomendaciones serían; Realiza ejercicios de calentamiento, movilidad y estiramiento antes de iniciar cualquier actividad. Evite los caminos irregulares. Maneja bien la carga, cuanto más cansado estés, más probable es que tengas lesiones. Ponte en manos de un fisioterapeuta si has sufrido un esguince y hasta que no estés completamente recuperado no empieces actividades que supongan un riesgo. Evite los zapatos de tacón alto. Fracturas: Todos sabemos lo que es una fractura, una ruptura en el tejido óseo. Menos graves, fracturas sin desplazamiento, o con desplazamiento menor de 2 mm, el tratamiento de esta patología seguramente será la inmovilización prolongada. La decisión final de intervenir quirúrgicamente la tomará el servicio de traumatología. El tiempo de inmovilización dependerá del tipo de fractura, la localización y la edad del paciente. El mecanismo lesional de esta lesión es muy variado, desde simples caídas hasta accidentes de tráfico. La fractura con desplazamiento, si el desplazamiento es mayor a 2 milímetros, seguramente requerirá cirugía para colocar material de osteosíntesis ya que nuestro cuerpo no es capaz de regenerarse por sí mismo, el material de osteosíntesis que se utiliza es muy diverso, hay tornillos, placas, clavos, etc. El tiempo de inmovilización dependerá de varios factores, tipo de fractura, localización, problemas en la intervención o problemas post-intervención. La rehabilitación en estos casos es de vital importancia si queremos volver a nuestras actividades de la vida diaria. Estas fracturas pueden causar complicaciones, por lo que debemos estar especialmente atentos a signos como dolor, mucho dolor, parestesias y acudir al médico inmediatamente para no generar un mal mayor. Algunas de las complicaciones pueden ser: a) Artritis: Esta patología es una lesión que aparece años después de la fractura, por lo que si tienes mucho dolor después de la fractura debes acudir al médico. b) La infección, o más comúnmente llamada osteomielitis, se presenta con mayor frecuencia en las fracturas abiertas, pues se infecta. c) Síndrome compartimental, no es muy común pero ha ocurrido en ocasiones, los signos son inflamación y dolor. fascitis plantar Fascitis es una palabra compuesta que describe la patología y su localización, FASC para fascia e ITIS para inflamación. La fascia es un tejido elástico que recubre el arco plantar aportando estabilidad al pie. Esta inflamación de la fascia está provocada por muchos factores, calzado inadecuado, acortamiento muscular, mala biomecánica, exceso de peso, deportes de impacto, dismetría, mala alimentación, etc. La recuperación de esta lesión depende de la persona, de 2 meses a 1 año. Los síntomas de esta lesión son dolor al caminar, saltar o correr en el arco plantar muy cerca del calcáneo, sobre todo al despertar o al final del día. Cada caso es especial pero te dejamos un video sobre ejercicios para aliviar el dolor. Sin duda debemos acudir a nuestro fisioterapeuta de confianza además de nuestro podólogo para realizar un estudio de la pisada. Bursitis Esta patología consiste en una inflamación de las bursas, que son bolsas llenas de líquido para proteger las zonas de mayor conflicto o fricción, que suelen estar entre los huesos y los tendones. La bursitis ocurre por varias razones, como lesiones directas en el tobillo, infecciones, artritis o gota, presión excesiva en el talón. Sus síntomas suelen ser dolores bastante incapacitantes al caminar, especialmente con zapatos duros detrás del talón. El médico necesitará una radiografía o una resonancia magnética. Una vez establecido el diagnóstico, tendrás que acudir al servicio de fisioterapia para tratar la lesión de forma conservadora. Si falla, existen otros tratamientos como la extracción de líquidos o la cirugía. tendinitis Es una inflamación del tendón, en el tobillo tenemos el tendón de Aquiles tirando del calcáneo para realizar una flexión plantar, este tendón es muy fuerte pero a veces se daña, exceso de peso, deportes de impacto, mala alimentación, exceso de carga, el mal uso del calzado, entre otros, puede afectar la integridad de esta estructura. Los síntomas más habituales son el dolor en el tendón de Aquiles, sobre todo en situaciones en las que el tendón está frío, al despertarnos, tras largos ratos delante del ordenador al terminar nuestro deporte o al final del día. Tratar la afectación tendinosa ya que podríamos sufrir una rotura parcial o total si no gestionamos bien la carga, para ello déjate asesorar por un fisioterapeuta. Edema óseo Es una inflamación dentro del tejido esponjoso del hueso, puede ser causada por un traumatismo directo o una lesión por uso excesivo, como corredores de larga distancia. Los síntomas de esta patología suelen ser el dolor. El tratamiento de esta lesión es magnetoterapia, drenaje, movilidad pasiva, asistida y resistida. espolón calcáneo Su nombre hace referencia a una osificación en la fascia plantar, su localización es la inserción proximal de la fascia, provocando dolor agudo e incapacitante al caminar. Su desarrollo se origina en los riñones y la mala eliminación de minerales de forma natural, sin embargo, el traumatismo directo del tendón sin rehabilitación posterior podría ser su causa inicial. Su tratamiento consiste en una visita obligatoria al podólogo, y al fisioterapeuta, si falla el tratamiento conservador se procederá a la intervención quirúrgica. El tratamiento de fisioterapia consiste en eliminar el dolor, con fisioterapia, diatermia, ondas de choque, etc. además de recuperar la función con información de ejercicios activos.